LPF devolvió la semana pasada una tortuga boba (Caretta caretta), que había sido rescatada en el mes de enero con heridas graves en el cuello y la aleta derecha por culpa de aparejos de pesca. Tras ser rescatada en Gran Canaria y durante casi 6 meses, la tortuga estuvo recupe-rándose en el acuario de Loro Parque. El estado de la tortuga podría haber sido peor, ya que este tipo de accidentes provocados por la huella humana, pueden llegar a provocar amputacio-nes y muertes por asfixia en muchos animales marinos antes de ser rescatados. Dadas las buenas condiciones marítimas, se pudo a hacer su suelta en la playa de Punta Bra-va. La tortuga se desplazó con toda normalidad a su medio natural, después de haber subido un kilo y mejorado su natación, gracias a los esmerados cuidados recibidos en el acuario. Aprovechando la ocasión, invitamos a 40 alumnos del colegio Gran Tarajal de Fuerteventura, que se encontraba en la isla con el proyecto “Descubre” de Educon, a los que ofrecimos una charla de concienciación sobre la conservación de las tortugas marinas y la importancia de cuidar nuestros mares.